Microbiota...¿Si nos cuidamos?


Cuándo escuchamos microbiota, ¿sabemos realmente de lo que estamos hablando? Cuando os diga que es lo comúnmente conocida como flora bacteriana, entonces sí sabréis de que hablamos. De manera resumida vamos a ver de que trata.
Es muy importante para nuestra salud pero seguramente no tengamos ni idea de qué hacer o cómo actuar. Tiene muchas funciones esenciales: ayudan a la digestión, modulan el sistema inmune y sintetizan ciertas vitaminas.
Si tomamos alimentos ricos en nutrientes de los cuales se alimentan estas bacterias estaremos favoreciendo su desarrollo y mejorando nuestra calidad de vida.
 
Prebióticos, probióticos, almidón resistente… ¿Qué son cada uno de ellos?
 
Prebióticos: Son "alimentos" que nuestro intestino no puede digerir pero tienen la capacidad de  modificar de manera selectiva la flora intestinal, son los probióticos los que los utilizan como sustrato alimenticio.  Tienen una gran capacidad para favorecer el desarrollo de las bacterias beneficiosas.
 
Podemos encontrarlos en:  Alcachofas, achicoria, banana, legumbres, patatas, boniatos, ajos, cebollas, puerros, trigo, avena, cebada, espárrago…
 
Probióticos: Son microorganismos vivos que promueven el desarrollo de la microbiota y equilibran la composición de la flora. Favorecen la actividad de los mecanismos inmunitarios de la mucosa intestinal, no permiten que microorganismos potencialmente patógenos crezcan y se desarrollen.
 
Podemos encontrarlos en:  Chocolate negro( con moderación), Chucrut,verduras fermentadas, Te de kombucha, Miso, tempeh, kimchi entre otros.
 
Almidón resistente: Es la suma de almidones y productos de la digestión de almidones que no son absorbidos por el intestino delgado por lo que llega al grueso casi intacto, así que sirve como sustrato a las bacterias beneficiosas.
 
Podemos encontrarlo de manera natural en: Granos de cereales enteros, arroz, arroz frío (tipo sushi) ,legumbres, pasta, patatas cocinadas y posteriormente enfriadas, maíz cocinado…
En cambio las comidas grasas, el alcohol, la falta de hidratos complejos,  los aditivos, etc. favorecen el deterioro de la flora intestinal, así como el estrés, el tabaco y los malos hábitos.
Toda la vida hemos escuchado la frase “somos lo que comemos” y cuánta razón tiene si nos basamos en que nuestro interior, nuestra microbiota se ve modificada por lo que consumimos.
Ahora que conocemos algo más sobre nuestro olvidado interior, podemos ser más conscientes de lo que ingerimos y cómo puede afectarnos para bien o para mal.

Comentarios